El agua es fundamental para cualquier tarea de limpieza.
Ideal para manchas de sudor, café, vino, zumo, grasa y aceite.
Es efectivo porque el agua caliente reblandece las grasas y los aceites, lo que facilita la acción disolvente de del detergente. El agua caliente reblandece las grasas y los aceites, lo que facilita la acción disolvente de del detergente.
Va genial para quitar las manchas de leche, de huevo o de sangre.
¿Por qué usar agua fría? Porque el agua caliente incrustaría una mancha de este tipo al tejido.
El hielo endurece las manchas blandas como por ejemplo, las manchas de cera. Por lo que esta técnica va muy bien para eliminar la cera de vela sobre los manteles o mesas.
¿Cómo aplicarlo? Mantén el cubo de hielo sobre la mancha de cera hasta que esta se endurezca, retírala rascando la superficie del tejido y después, lava el mantel.
Usa el agua destilada en planchas de vapor.
Funciona porque no contiene restos minerales que puedan manchar la ropa o acumularse en los electrodomésticos.
La efervescencia del agua ayuda a decolorar las manchas de vino o las manchas de orina de tus mascotas sobre los tejidos.
¿Cómo aplicarla? Vierte agua carbonatada sobre la mancha cuando está reciente y después, empápala con papel de cocina.