
El Doctor Angel Moral, presidente del comité de aerobiología de la SEAIC se muestra partidiario del uso de mascarillas homologadas para prevenir y reducir los síntomas de la alergia al polen: “Aunque su utilización no garantiza la eliminación de los síntomas, su efecto en nuestra salud es inmediato, ya que actúa como filtro a la hora de inhalar el aire, reduciendo hasta en un 80% las partículas de polen y polvo en el aire inhalado”.
Para conseguir mitigar los síntomas alérgicos, no sirve cualquier mascarilla: “Para que la mascarilla funcione son necesarias dos cosas: que esté homologada para que su diseño incluya el filtro adecuado que no permita el paso de partículas de 0,3 micras (o mayores) y además, que esté correctamente colocada”, señaló el Dr. Moral.
Las enfermedades alérgicas afectan cada año a un porcentaje mayor de la población, lo que los expertos relacionan con factores genéticos, ambientales y ecológicos. Además de la creciente contaminación ambiental en núcleos urbanos, las anomalías en el clima provocan cambios en las temperaturas y la humedad que a menudo aceleran la producción de polen en las plantas con polinizaciones más agresivas y duraderas.
Según palabras de José Martín, responsable del área de Farmacia de 3M, la Mascarilla Nexcare™ Polvo y Polen está especialmente indicada para protegerse de los alérgenos que flotan en el ambiente: “Además de su alta capacidad de filtración para polvo y polen, su válvula “clima cool” facilita la respiración para usos prolongados y reduce la acumulación de calor y humedad”, comentó.
Habitualmente si vemos a alguien con una mascarilla por la calle nos apartamos porque pensamos que se trata de alguien infectado de alguna dolencia grave. Esto es un estereotipo que debemos erradicar, y es que el uso de la mascarilla se ha demostrado eficaz cuando no queremos aspirar el aire tal cual nos llega de la calle, y más en periodos de alta polinización como los meses de primavera.
La mascarilla no debe ser en ningún caso algo que nos avergüence y debemos acostumbrarnos a su uso como algo totalmente normal, pues resulta lógico protegernos de algo que afecta a nuestra salud. “Cuando tenemos alergia al polen salir a la calle es toda una aventura, ya que no sabemos todo lo que nuestro cuerpo puede experimentar, debido a que la alergia no siempre se manifiesta de la misma manera. Para evitar cualquier reacción adversa debemos prevenir y protegernos. La forma habitual de hacerlo es mediante la medicación, pero en muchos casos no es suficiente, y echar mano de una mascarilla puede resultar una ayuda eficaz”, destacó José Martín.
Aunque resulta difícil eliminar completamente el riesgo de alergia al polen, el Dr. Angel Moral nos da algunos consejos básicos que pueden ayudar a reducir sus efectos y hacernos más livianos sus síntomas: